Will Smith volvió a los escenarios y lo hizo por todo lo alto: estadios llenos, público entregado, vídeos virales… y, sin embargo, internet decidió que aquello no podía ser real. Miles de usuarios acusaron a los vídeos de estar generados por IA, asegurando que el público parecía clonado. La paradoja: aunque después se confirmó que las multitudes eran auténticas, la duda ya había prendido como la pólvora.

En este episodio de TDH exploramos cómo hemos llegado a un punto en el que lo real parece fake y lo cutre parece más creíble que lo espectacular. Hablamos de la desconfianza en la fotografía, del papel de YouTube aplicando filtros de IA sin avisar, del efecto altavoz de las redes y de cómo la inteligencia artificial se ha convertido en el nuevo chivo expiatorio universal.

¿Estamos entrando en una era en la que la verdad aburre y la sospecha vende? ¿Necesitaremos notarios en cada selfie o un blockchain para certificar que el público de Will Smith existe? Bienvenidos al valle inquietante… pero al revés.