Paulo VI falleció el 6 de agosto de 1978 y dos meses antes había realizado un urgente llamado al desarme y a la paz.
En la Asamblea General de las Naciones Unidas del 6 de junio de 1978 exclamaba:
Si se quiere llegar al desarme total hay que sustituir el equilibrio del miedo por el de la confianza.
El problema del desarme es sustancialmente un problema de mutua confianza.
Concluyó expresando que la iglesia ayudara al desarme pregonando la paz y recordando que no puede haber desarme de armas, si no hay desarme de corazones.
Datos de revista Esquiu color Nº 947 de 18 de junio de 1978.