Aprenderemos a dejar que nuestros sentimientos acerca de nosotras mismas nos roben las bendiciones de la aceptación y la aprobación de Dios. Ya no permitiremos que la opinión de otras personas determine nuestra valía y valor en lugar de depender de la Palabra de Dios, entendemos que si además de leer las escrituras las creemos y las abrazamos, nos hacemos a nosotras mismas un inmenso favor