Como seres pensantes nos centramos en actualizar nuestras relaciones sociales en torno a grupos de seres similares a nosotros que de alguna forma se mueven por nuestros mismos intereses, comparten nuestra opinión, o anhelan los mismos objetivos.El problema aparece cuando en lugar de generar una relación de simbiosis, donde todas las partes aportan igual que apartan para sí, el comensalismo social nos transforma en seres “a secas”, eliminando el “pensantes”, para asemejarnos un poco más cada día a un reflejo del conjunto, arrebatándonos el libre albedrío, y generando una especie de Inercia Social.