Aunque queda claro que cada uno es dueño de su futuro, y responsable de su felicidad, bien es cierto que en ocasiones los quehaceres diarios y las obligaciones nos hacen apartarnos de lo que realmente nos hace disfrutar. Y no, no es bueno basar la vida en el más profundo Hedonismo, pero no debemos de olvidarnos de disfrutar de las cosas que nos hacen felices.En ocasiones, al lanzar la moneda al aire para discernir entre deber y placer, la moneda cae de canto, y es en ese momento cuando decides que no importa, que eres capaz de cumplir con ambos objetivos (no sin despeinarte o hacer rompecabezas con tus horarios) para llegar allí donde quieras llegar.