¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre vosotros? ¿No vienen de vuestras pasiones que combaten en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis, por eso cometéis homicidio. Sois envidiosos y no podéis obtener, por eso combatís y hacéis guerra. Dice la escritura que debemos estar atentos a toda forma de avaricia, por que esta ocasiona pleitos y guerras. En este capítulo los Pastores Eduardo Saladín, Sugel Michelén, y Marcos Peña nos ilustran acerca de este pecado que tanto daño hace en el hombre.