2 Samuel 16: Transformando la maldición en bendición.
2 Samuel 16:5-14:
(Por favor leer en su biblia)
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En este episodio vemos uno de los momentos más tenebrosos en la vida de David. David había pasado muchos momentos duros, difíciles y peligrosos cuando huía de Saúl, y ahora lo vemos viviendo algo similar pero como rey huyendo de su propio hijo que se sublevó contra él para destronarlo y destruirlo.
Como rey y como padre fue un momento muy confuso y doloroso.
David huyó porque temía que Absalón exterminara a sus propios hermanos para afirmar su reino y a las familias de los servidores de David. David caminó toda la noche por el desierto y ahí aparece un familiar de Saúl insultándolo y culpándolo por la muerte de Saúl, a pesar de que David no causó su muerte ni la muerte de sus hijos, David recibió la maldición y voluntariamente evitó que uno de sus soldados matara a Simei, de la tribu de Benjamín.
David nos da una lección de humildad y de completa confianza en Dios en medio de la desesperación, el dolor, la confusión y la vergüenza. David asumió que Dios está permitiendo que este hombre lo maldiga; y si Dios lo hace, David solo debía responder con mansedumbre y con paciencia, recibiendo la afrenta, la ofensa, la injusticia. ¿Por qué? Porque David sabía que Dios es un Dios justo, que se compadece del que sufre y que hace justicia al que sufre injusticias.
Así es cómo debemos aprender de David que se refugió en la misericordia de Dios. Prefirió esperar a Dios que tomar acción con sus propias manos. Pudiendo callar al ofensor de un solo golpe, prefirió aguantar esta ofensa e injusticia porque él sabía que Dios se iba a manifestar para darle consolación, fortaleza y restituir su honor.
Yo sé que es difícil callar y quedarse quieto en esos momentos. Uno quiere defenderse y contraatacar a la persona que habla mal de uno, que quiere la destrucción de nuestro hogar. La verdad es que muchos se dejan llevar por su propia opinión o por envidia, o simplemente se dejan usar por satanás y comienzan a opinar lo mal que estamos, que no merecemos el favor de Dios, que sienten que tienen el derecho de lastimarnos. Sea cual sea la razón que los impulsa a decir o hacer lo que no deben, a actuar con malicia y sevicia, podemos confiar plenamente que tenemos un Dios Todopoderoso que nos cubre, nos protege, que se levanta a actuar a nuestro favor defendiéndonos de toda situación adversa. Así como David, tengamos la certeza que Dios está escuchando las palabras del malvado y está viendo las acciones del maligno contra nosotros, y también está viendo nuestra actitud sumisa al Señor, trayendo ante Su presencia nuestra causa y pidiendo su intervención.
Recordemos el consejo del apóstol Pedro, cuando hace referencia del Salmo 34 en 1 Pedro 3:8-13: "Finalmente, sean todos de un mismo sentir: compasivos, amándose fraternalmente, misericordiosos y humildes. No devuelvan mal por mal ni maldición por maldición sino, por el contrario, bendigan; pues para esto han sido llamados, para que hereden bendición. Porque: ´El que quiere amar la vida y ver días buenos refrene su lengua del mal, y sus labios no hablen engaño. Apártese del mal y haga el bien. Busque la paz y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos están atentos a sus oraciones. Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. ́ ¿Quién es aquel que les podrá hacer daño si son apasionados por el bien?"
Así que, con cualquier maldición en contra nuestra, respondamos con una bendición, y pongamos ante el Juez del universo la causa. Verás como Dios torna la maldición en bendición.
Eduardo Rodríguez.
2 Samuel 16: Turning the curse into a blessing.
2 Samuel 16:5-14:
Now when King David came to Bahurim, there was a man from the family of the house of Saul, whose name was Shimei the son of Gera, coming from there. He...