2 Samuel 3: Denunciante, no cómplice.
2 Samuel 3:30-39:
Joab y su hermano Abisai mataron a Abner, porque este había dado muerte a Asael, hermano de ellos, en la batalla de Gabaón. Entonces dijo David a Joab y a todo el pueblo que estaba con él: —¡Rasguen su ropa! Cíñanse de cilicio y hagan duelo delante de Abner.
El rey David iba detrás del féretro, y sepultaron a Abner en Hebrón. El rey alzó su voz y lloró junto al sepulcro de Abner, y también lloró todo el pueblo. El rey entonó este lamento por Abner, diciendo: “¿Había de morir Abner como muere un insensato? Tus manos no estaban atadas; tus pies no estaban sujetos con grillos. Caíste como los que caen ante los malvados”.
Todo el pueblo volvió a llorar por él. Entonces todo el pueblo fue para persuadir a David a que tomara alimento, mientras aún era de día. Pero David juró diciendo: —¡Así me haga Dios y aun me añada, si antes que se ponga el sol yo pruebo pan o cualquier cosa!
Todo el pueblo llegó a saber esto y le pareció bien, porque todo lo que el rey hacía parecía bien a todo el pueblo. Aquel día, todo el pueblo y todo Israel entendieron que no había procedido del rey el asesinar a Abner hijo de Ner. Entonces el rey dijo a sus servidores: —¿No saben que hoy ha caído en Israel un príncipe y un gran hombre? Ahora yo soy débil, aunque soy un rey ungido; y estos hombres, los hijos de Sarvia, son más duros que yo. ¡El SEÑOR retribuya al que hace mal, conforme a su maldad!
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El traspaso de poder de David no fue fácil, David tuvo resistencia y el proceso fue gradual. Primero fue rey por unos años en Judá y poco a poco se añadían ciudades a reconocer a David como rey. El problema fue que Abner, el general del ejército de Israel, posicionó a uno de los hijos de Saúl como rey, pero después Abner quiso hacer un trato de paz con David y ayudarlo a que tomara su posición como rey sobre todas las tribus de Israel. Pero como Abner había matado en la guerra a Azael, el hermano de Joab; Joab lo engañó llamándolo en privado y lo asesinó, a pesar de que Abner ya había hecho un pacto de paz con David y su ejército.
David reprochó a Joab y sus hermanos por ese acto de injusticia. No justificó sus actos aunque ellos tuvieran una razón personal. David dejó en claro que no había excusa el que ellos hubieran engañado a Abner, en haberlo matado en un tiempo que no era de guerra sino de reconciliación.
David dejó en claro que, aunque fueran sus soldados y cercanos, no les aprobaba esa acción. David demostró ser un buen ejemplo ante todos al dejar en claro que esa fue una mala acción y sentó un precedente en el pueblo de que él no toleraba la injusticia ni la venganza de esa manera.
Debemos levantar la voz de indignación y exponer el mal, aún cuando alguien cercano obra mal, y así no nos convirtamos en cómplices, pues el que comete el error y el que lo encubre son puestos en el mismo nivel y la justicia les exige a ambos la debida responsabilidad.
Recordemos el consejo del apóstol Pablo acerca de ser contundentes a la hora de confrontar la maldad en Efesios 5:11: "No tengan nada que ver con las obras infructuosas de las tinieblas; al contrario, denúncienlas."
Y más adelante, en el versículo 15 al 17, dice: “Por tanto, ¡cuidado con su manera de vivir! No vivan ya como necios, sino como sabios. Aprovechen bien el tiempo, porque los días son malos. No sean, pues, insensatos; procuren entender cuál es la voluntad del Señor.”
Si por alguna razón, alguien del hogar está errando, con misericordia confrontalo, no participe de algún plan o acción malvada, y ora por esa persona para que reconozca su falta y corrija sus pasos; estar apoyando y animando a que la persona continúe en sus malas acciones es el camino equivocado.
Si somos nosotros los que hemos estado haciendo obras equivocadas y alguien nos confronta, seamos lo suficientemente humildes, mansos y sinceros para aceptar la...