2 Samuel 6: Aprendiendo lo que significa el temor de Dios.
2 Samuel 6:3-12:
(Por favor, leer en su biblia)
Esta es una de las pocas lecciones muy duras que David y el pueblo aprendió acerca de la disciplina de Dios cuando se trata de cumplir su Palabra.
David quiso traer el arca de Dios que por muchos años estuvo a cargo de una de las familias de los levitas que formaban parte de los encargados de cuidar las cosas santas de Dios, pero quiso hacerlo a su manera. Pusieron el arca en una carreta como lo hicieron los filisteos. La procesión se había convertido en una gran celebración al ver el arca dirigirse hacia la ciudad de Jerusalén y todos estaban felices al ver regresar el arca después de muchos años. Pero la fiesta se interrumpió súbitamente cuando el arca casi se cae y uno de los hijos del sacerdote, que custodiaba el carruaje con el arca, trató de sostenerla con sus manos. Al hacer esto, quebrantó la ley de Dios de que nadie podía tocarla sino que debía ser transportada por medio de varas y debía llevarse en los hombros.
Dios mostró la grandeza de su santidad, de su poder y su soberanía de una forma que David estaba aterrorizado, porque no había experimentado el poder de Dios de esa manera.
Así como los filisteos habían devuelto el arca porque no podían contener el poder de Dios en sus ciudades y hasta estaban muriendo de pestes, Dios les mostró a su pueblo que no podían inventarse nuevas formas de adoración; que si quieren realmente su presencia en sus ciudades, que debían hacerlo como Él mismo lo había establecido, no como ellos quisieran hacerlo aunque se viera muy bonito y aunque tuvieran una buena intención. No basta con tener una buena intención si ésta contradice las ordenanzas del Señor.
Más adelante veremos que David reconoce la razón por la cual Dios los castigó, pues no lo hicieron conforme a la ley ya establecida.
Esto es lo que significa tener temor de Dios. Entender que de Él no me puedo burlar, ni lo puedo engañar. Que nada va a reemplazar su Palabra por más que se vea o se sienta bonito. Que no debo seguir a Dios conforme a mis criterios o mis ideas. Que no puedo manipular a Dios con mis acciones sino que debo seguirlo conforme a sus ordenanzas. Yo soy el que debo indagar cómo debo agradar a Dios, cómo debo adorarlo y servirlo, cuáles son sus condiciones, sus reglas, sus ordenanzas.
Tengamos cuidado de dejarnos llevar por nuestras emociones. Ellas nos engañan haciéndonos pensar que estamos bien y que podemos tapar ciertas acciones y malos hábitos con simplemente hacer obras de caridad o haciendo algo bueno, y así intentar evadir nuestra responsabilidad de ordenar nuestros pasos.
Todos vamos a pasar esta experiencia donde vamos a pensar que estamos bien pero después el Señor nos va a llamar la atención, nos va a corregir y vamos a sentir el dolor de la reprensión. De una u otra forma el Señor nos va a indicar que no está contento con la forma en que estamos llevando nuestra vida espiritual. Cuando pase esto, demos gloria a Dios y seamos agradecidos, porque esto significa que Dios nos ama y no quiere que nos perdamos sino que alcancemos la salvación y la vida eterna.
Tener temor de Dios es reconocer que sin Dios no somos nada, que vivir sin Él es lo peor que le puede ocurrir a un ser humano. Que la fuente de paz, de prosperidad, de amor y de esperanza proviene de Él, y que es mejor escuchar y obedecer a Dios cuando quiere corregirnos que hacer nuestra propia voluntad.
David quedó sorprendido y triste por la acción del Señor, pero después se alegró al escuchar que el arca, que había sido transportada a la casa de obed-Edom, estaba siendo bendecida. Entonces David entendió que es a la manera de Dios y no a la de él que se debe rendir tributo a Dios. Y David volvió a juntar al pueblo para transportar el arca de Dios y hacer fiesta pero a la manera de Dios.
Que el Señor te dé discernimiento y sabiduría para...