Cuando un niño llora, nuestra primera reacción es acallar su llanto. Cuando vemos a alguien gritar enfadado, nos incomoda. A lo largo de nuestras vidas nos enseñan a reprimir las emociones malas y a luchar para conseguir vivir sintiendo las buenas, ser feliz, alegre y entusiasta te asegura encajar en el sistema. Pero, es el miedo algo malo y la sorpresa algo bueno? ¿No va todo esto mucho más allá?