Himno: Gloria sin fin
Autor: Charles Hutchison Gabriel
hay quienes han recibido mucha instrucción sobre poesía o música que han puesto sus capacidades al servicio del Señor.
Sin embargo, Dios también puede dotar de talento a sus siervos para desarrollar su obra.
Así fue el caso de Charles Gabriel, sin haber recibido ninguna educación formal en música, fue utilizado tremendamente en la obra de Dios en la escritura y composición de himnos.
Charles Hutchison Gabriel nación en Iowa, Estados Unidos, el 18 de agosto de 1856.
Se crio en una granja donde pasó los primeros 17 años de su vida.
Aunque no tuvo instrucción formal en la música, su padre enseñaba música en casa de donde, seguramente, Charles adquirió interés y conocimiento en este arte.
Con frecuencia se reunían familia y amigos para cantar y, como Charles era un muchacho autodidacta, aprendió a tocar el órgano para acompañar los cantos con el instrumento.
A los 17 años comenzó a impartir clases de música que fueron haciéndose cada vez más populares, hasta llegar a otros estados del centro y norte del país.
Vivió un tiempo en California y luego se mudó a Chicago para trabajar con una editorial cristiana muy reconocida, publicadora de himnos, llamada The Rodeheaver Company.
Su talento en la música, así como en la poesía, ha tenido un gran provecho en el mundo cristiano.
Su primer himno fue “Una voz del cielo se oye resonar”, publicado en 1890, y ha llegado a gozar de mucha popularidad.
Sin embargo, el historiador de himnos Jacob Hall reconoce que el himno más popular de Charles Gabriel fue “Gozo tenemos por Cristo Jesús”.
Este himno ha llegado a ser traducido a más de 17 idiomas y, cuando todavía el Sr. Gabriel vivía, tenía más de 17 millones de impresiones.
El himno sigue siendo cantado el día de hoy, casi 90 años después de la muerte de su autor.
Fue muy reconocido en su composición de coros para niños, habiendo publicado 24 himnarios para Escuela Dominical y evangelismo.
Charles se destacó mayormente en la composición de himnos, sin embargo, en muchas ocasiones también agregaba la letra.
Durante su vida compuso más de 7000 himnos, de los cuales muchos todavía se usan hoy día.
Charles Gabriel falleció el 14 de septiembre de 1932 en Hollywood, California.
Cristo murió en la cruz como sacrificio puro para redimir pecadores.
Esa redención quita la condenación y hace posible enfrentar la muerte con paz y la plena esperanza de vida eterna.
Muchos himnos expresan esta verdad reconfortante y hablan de “Gloria”.
Para algunos la gloria significa la presencia del Señor en el cielo.
Para otros “gloria” también es sobrenatural placer y celebración.
Da el sentido de brillante luz, el máximo bien.
Charles Hutchison Gabriel escribió en el año 1900 acerca de “Cuando mis luchas terminan” en su himno “Gloria sin fin”. Las tres estrofas finalizan con la misma exuberante frase: ¡Gloria por siempre será para mí! Y en el coro se repite la palabra “gloria” en dos voces.
Esa gloria que sentiremos en la presencia de Cristo se debe a su VICTORIA. Sí, él fue victorioso sobre la muerte y la oposición satánica, ofreciendo perdón y vida eterna.
1 Juan 3:5 y 8 explican que para esto apareció el Hijo de Dios, “para quitar nuestros pecados” y para “deshacer las obras del diablo”. Leamos Juan 5:11: Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo, luego cantemos, alabando al Señor con gozo por su victoria.
A continuación, damos paso al canto y lectura del maravilloso himno: Gloria sin fin.
Cuando mis luchas terminen aquí
Y ya seguro en los cielos esté,
Cuando al Señor mire cerca de mí;
iPor las edades mi gloria será!
¡Esa será, gloria sin fin,
Gloria sin fin, gloria sin fin!
Cuando por gracia su faz pueda ver,
¡Esa mi gloria sin fin ha de ser!
Cuando por gracia yo pueda tener
En sus mansiones morada de paz,
Y que allí siempre su faz pueda ver,
iPor las edades mi gloria será!
Gozo infinito será contemplar,
Todos los seres que yo tanto amé,
Mas la presencia de Cristo gozar,
iPor las edades mi gloria será!