Nuestros antiguos mexicanos transformaron la cuenca del Valle de México de simples lagos a las más impresionantes hazañas en la ingeniería que la humanidad haya conocido. Utilizaron el agua para regadío de la agricultura intensiva, para la industria de extracción de minerales y más, crearon una red de caminos terrestres y acuáticos que les permitió tener un conjunto de ciudades habitadas