Bogotá es una ciudad maravillosa, que podría considerarse un perla enclavada en medio de las montañas andinas, es una ciudad donde la cultura ha encontrado un perfecto asentamiento que no en vano deja profundas huellas en los corazones de los extranjeros que cruzan por estas tierras, recuerdo una frase que le escuche a un visitante alguna vez: “Bogota es un tesoro escondido y por eso debe ser que su aeropuerto se llama el Dorado”
Los diferentes dirigentes que ha tenido a lo largo de los años han posicionado a la ciudad como “La capital Mundial de la bicicleta”, con mas de 120 kilómetros de vías destinadas exclusivamente a la circulación de bicicletas la convierten en un paraíso de movilidad para quienes optan por este medio de transporte, privilegiados seres entre los que me incluyo, sin embargo la deslumbrante descripción que hago de esta utopía se ve opacada por la sombra de la inseguridad, pedalear por Bogotá es una actividad que nos podría costar la vida
Así que sin más ni más, hablemos de los peligros de andar en bicicleta por Bogotá…
Iniciemos la conversación de hoy por mencionar que hasta hace un año, a finales del 2019, el mayor número de denuncias por robo en la ciudad, hacia alusión al robo de celulares, con la llegada del COVID 19, los periodos de cuarentena y las restricciones de movilidad, en especial el uso de transporte público másivo, el crecimiento exponencial de los repartidores a domicilio, provocaron que la bicicleta se convirtiera en una opción para muchos Bogotanos y por ende un bien codiciado que empezó a adquirir valor.
Por esta razón, hoy en día, noviembre de 2020, es la bicicleta el elemento que mas codician los amigos de lo ajeno en la ciudad y es claro porque una bicicleta robada es fácilmente desarmada para vender por repuestos o llevada a otra ciudad para ser vendida, el primer dato que debo poner en cuenta es que el 13% de los viajes que se realizan en la ciudad se hacen en Bici, lo cual duplica la cifra de hace un año de 6,6%, según los resultados de la encuesta de la secretaria de movilidad.
El tema del robo de bicicletas ha alcanzado tal protagonismo que la secretaria de seguridad, conviencia y justicia ha presentado las primeras cifras sobre este delito, los números resultan abrumadores y no es para menos, durante los primeros 9 meses del 2019 en Bogotá se habían robado alrededor de 5.900 bicicletas, para el año 2020 en sus primeros 9 meses esta cifra fue de 8023, es decir un 40% mas con respecto al año anterior.
Es decir que en promedio, cada día se roban aproximadamente 21 bicicletas, pero lo más preocupante es que de estos robos, cerca de 9 se realizan mediante la modalidad de atraco, es decir que los maleantes abordan al biciusuario, lo amenazan con armas, estas pueden ser contundentes como bates, cortopunzantes como cuchillos y navajas e incluso armas de fuego, solo para quitarle su vehículo y en algunos casos ofrecer resistencia o sin ofrecerla ha costado la vida a más de un ciclista en lo corrido del año, para ser exacto 3 personas ya han muerto por esta razón y otros tantos han sufrido heridas y lesiones graves.
Las principales victimas suelen ser los hombres, pero esto también se debe a que la mayoría de ciclistas son de género masculino, y aunque parezca difícil de creer el 54% de estas actividades ocurren plana luz del día, en tanto que el 46% ocurren de noche o de madrugada. Principalmente en el occidente de la ciudad, para los que conocen la ciudad, les cuento que casi la mitad de los robos ocurren en las localidades de Kennedy, Suba y Engativá.
Sin embargo el hurto no es el único peligro al que se expone un biciusuario, estos forman parte del ecosistema de movilidad de la ciudad, y tanto de parte de la intolerancia de algunos conductores de vehículos automotores como de parte de la imprudencia de algunos usuarios de bicicleta, se presentan en el año XXX accidentes de tránsito en los que la victima es un ciclista y en el año 2018, 63 de esos accidentes fueron mortales.
Resulta incomprensible desde cualquier punto de vista, que siendo Colombia un país que se destaca por los triunfos de sus ciclistas, los méritos de famosos deportistas como Egan Bernal, que se destacan en las más prestigiosas carreras internacionales deban compartir titulares noticiosos con videos como el que todos tuvimos la oportunidad de ver hace poco en la que un camión de carga, sin motivo alguno, atropella por detrás a un ciclista en una autopista arrojándolo desde un puente y matándolo instantáneamente.
Ante este panorama, es obvio que aprender a manejar una bicicleta en Bogotá requiere mas que saber mantener el equilibrio en dos ruedas, requiere además aprender defensa personal, a tomar decisiones rápidas ante conductores intolerantes pero sobre todo requiere aprender a convivir y respectar las normas, ya que en algunos casos los robos, accidentes y muertes de los ciclistas de la ciudad han sido provocados por la imprudencia de ellos mismos.
Y lo digo yo en calidad de biciusuario, ya que la pandemia me llevo a hacerme un ciclista más, actividad que admito disfruto excesivamente, y he podido observar a otros ciclistas que dejan expuestas sus bicicletas en la calle, precariamente sujetas o sin amarrar, o que deciden de forma intempestiva, utilizar las vías vehiculares cuando hay rutas específicas para ciclistas sobre la misma via, serpentear entre vehículos en movimiento sin los elementos básicos de protección incluso a veces con audífonos que restringen su alerta auditiva, cruzar semáforos en rojo y por supuesto preferir el uso de la bicicleta por zonas inseguras a fin de ahorrarse un par de minutos de su apreciado tiempo.
A veces ese par de minutos puede costar una vida humana.
Es un trabajo conjunto de las fuerzas de seguridad, el gobierno, los conductores y los biciusuarios, el trabajar para mantener el muy bonito y nada despreciable titulo de ser “La capital mundial de la bicicleta”, que es uno de esos inventos de la humanidad que cuida nuestra salud y cuida nuestro planeta, la bicicleta es el vehículo del futuro.