Entendemos por riesgo de electrocución la posibilidad
de que la corriente circule o atraviese el cuerpo humano. Y a partir de aquí, los daños que puede originar la electrocución son diferentes, desde un simple cosquilleo cuando tocamos una pila de 1,5 V o el agarrotamiento de un brazo (tetanización) al pasar una corriente de al menos 10 mA...