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Religioso de la Orden de Predicadores, hijo de un español y de una mujer de raza negra, quien, ya desde niño, a pesar de las limitaciones provenientes de su condición de hijo ilegítimo y mulato, aprendió la medicina que, después, siendo religioso, ejerció generosamente en Lima, ciudad del Perú, a favor de los pobres, en donde también conoció a Santa Rosa de Lima. Entregado al ayuno, a la penitencia y a la oración, vivió una existencia austera y humilde, pero irradiante de caridad; tuvo éxtasis y levitación, además del don de curación y de obrar diversos milagros. "Yo te curo, Dios te sana"; “Coloca siempre las necesidades de los demás primero que las tuyas. De este modo, Dios saciará tus necesidades a su modo y a su tiempo. Dios conoce tus necesidades mejor que tú”; “La verdad es humildad. No es una falsa humildad que existe solo en el exterior, sino que todo lo consume y es convincente”; “No te quejes. Eso demuestra un descontento con la voluntad de Dios en el momento presente. Eso también es prueba de impaciencia”; "Todo, incluso barrer, raspar verduras, desherbar un huerto y atender a los enfermos podría ser una oración, si se ofreciera a Dios"; “Siempre considera a los demás como más santos y más dignos que tú; al mismo tiempo, esfuérzate en ser tan santo como puedas ser”.
By Servidores Amoris ChristiReligioso de la Orden de Predicadores, hijo de un español y de una mujer de raza negra, quien, ya desde niño, a pesar de las limitaciones provenientes de su condición de hijo ilegítimo y mulato, aprendió la medicina que, después, siendo religioso, ejerció generosamente en Lima, ciudad del Perú, a favor de los pobres, en donde también conoció a Santa Rosa de Lima. Entregado al ayuno, a la penitencia y a la oración, vivió una existencia austera y humilde, pero irradiante de caridad; tuvo éxtasis y levitación, además del don de curación y de obrar diversos milagros. "Yo te curo, Dios te sana"; “Coloca siempre las necesidades de los demás primero que las tuyas. De este modo, Dios saciará tus necesidades a su modo y a su tiempo. Dios conoce tus necesidades mejor que tú”; “La verdad es humildad. No es una falsa humildad que existe solo en el exterior, sino que todo lo consume y es convincente”; “No te quejes. Eso demuestra un descontento con la voluntad de Dios en el momento presente. Eso también es prueba de impaciencia”; "Todo, incluso barrer, raspar verduras, desherbar un huerto y atender a los enfermos podría ser una oración, si se ofreciera a Dios"; “Siempre considera a los demás como más santos y más dignos que tú; al mismo tiempo, esfuérzate en ser tan santo como puedas ser”.