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El murciélago se sintió halagado
al ser llamado por el creador y voló hacia él.
Ante su presencia, comenzó a aletear con gran alegría.
Aleteó una y otra vez, y sus bellas plumas
comenzaron a desprenderse.
Quedó desnudo y bajó a la tierra avergonzado.
Durante días, llovieron plumas de colores
que este no quiso observar,
tratando de olvidar lo hermoso que un día fue.
By Carlos Toledo VerdugoEl murciélago se sintió halagado
al ser llamado por el creador y voló hacia él.
Ante su presencia, comenzó a aletear con gran alegría.
Aleteó una y otra vez, y sus bellas plumas
comenzaron a desprenderse.
Quedó desnudo y bajó a la tierra avergonzado.
Durante días, llovieron plumas de colores
que este no quiso observar,
tratando de olvidar lo hermoso que un día fue.