En Esparta eran tan despiadados que se dedicaban a cazar esclavos una vez al año a modo de entrenamiento militar. Esclavos que marcaban de forma indeleble con distintivos fatales: los estigmas. Hoy en día ya no los llevan los esclavos, pero sí las personas que la sociedad tiende a situar en sus periferias. La raíz de esta palabra entronca con el cantante Sting, con el ticket de la compra, con los tigres persas y hasta con las flechas que lanzaban los legionarios romanos.