1.   Federico era un niño muy miedoso. Una noche lo mandó su padre a casa del vecino. La luna alumbraba mucho. Cuando entró al zaguán, Federico vio parado delante de sí un hombre de negro y grande.

Lleno de susto, saltó el niño a un lado, pero el hombre dio un salto y puso más pequeño. Federico gritó espantado y volvió corriendo a su casa.

El hombre corrió también detrás del agrandándose al mismo tiempo como por encanto.
A los gritos salió el padre y encontró al niño tendido en el suelo y medio muerto de susto. Después de un momento, Federico contó llorando que un hombre negro lo perseguía.

Al   Al oír esto el padre tomó al niño de la mano, lo llevó delante  de la casa y le hizo ver que el hombre de negro sólo había sido su propia sombra. Federico se puso colorado de vergüenza y prometió no ser más miedoso.