El corazón humano en esta tierra tiene unas ganas enormes de triunfar. San Juan llama a este deseo "concupiscencia de los ojos". Como si el hombre quisiera deslumbrarse por los focos del éxito.
El corazón humano en esta tierra tiene unas ganas enormes de triunfar. San Juan llama a este deseo "concupiscencia de los ojos". Como si el hombre quisiera deslumbrarse por los focos del éxito.