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Or
Charles-Maurice de Talleyrand-Périgord (1754-1838) fue sacerdote, obispo, político, diplomático y estadista francés y, como tal, nos legó importantes frases tales como: “Cuando es urgente, ya es demasiado tarde” y “Hay un arma más terrible que la calumnia: la verdad”. Y uno se pregunta ¿por qué el buen Julio Camba utiliza de Talleyrand la expresión “No se puede hacer una buena política con una mala cocina” para epigrafiar este capítulo?... Yo creo que la idea de Guillaume Gómez (así, sin acento, el chef español del presidente Macron) lo puede resumir: “Si la política divide a los hombres, la buena mesa los reúne” Este capítulo, continuación y extensión del anterior dedicado a la cocina española, trata de las “otras cocinas”… las no españolas. Camba realiza un delicioso viaje (de casi 40 minutos) por las cocinas francesa, italiana, alemana, inglesa… americana, china, vegetariana y hasta antropofágica... de donde se deduce, no solamente el epígrafe del capítulo, sino el colofón que yo tomo de Talleyrand a mi vez: “Deme buenos chefs y yo haré buenos tratados”
Charles-Maurice de Talleyrand-Périgord (1754-1838) fue sacerdote, obispo, político, diplomático y estadista francés y, como tal, nos legó importantes frases tales como: “Cuando es urgente, ya es demasiado tarde” y “Hay un arma más terrible que la calumnia: la verdad”. Y uno se pregunta ¿por qué el buen Julio Camba utiliza de Talleyrand la expresión “No se puede hacer una buena política con una mala cocina” para epigrafiar este capítulo?... Yo creo que la idea de Guillaume Gómez (así, sin acento, el chef español del presidente Macron) lo puede resumir: “Si la política divide a los hombres, la buena mesa los reúne” Este capítulo, continuación y extensión del anterior dedicado a la cocina española, trata de las “otras cocinas”… las no españolas. Camba realiza un delicioso viaje (de casi 40 minutos) por las cocinas francesa, italiana, alemana, inglesa… americana, china, vegetariana y hasta antropofágica... de donde se deduce, no solamente el epígrafe del capítulo, sino el colofón que yo tomo de Talleyrand a mi vez: “Deme buenos chefs y yo haré buenos tratados”