Luego de conseguir su primera Copa Libertadores en 1977, Boca jugó un año después la final Intercontinental ante el Borussia Monchengladbach, subcampeón de la Copa de Europa, porque el campeón Liverpool se negó a disputarla. Tras el 2-2 de la ida, el Xeneize tuvo que esperar cuatro meses y medio con el Mundial 1978 en el camino para medirse en la vuelta en Alemania, donde se impuso 3 a 0. El inolvidable recibimiento de los hinchas en Ezeiza y la vuelta olímpica en La Bombonera.

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