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Martin Kremenchuzky (@martinkremenchuzky) es Ingeniero en Sistemas y atleta. Nació con Síndrome de Usher, una enfermedad genética que produce hipoacusia y pérdida gradual de la visión. A los 34 años y justo después del nacimiento de su hijo Toto, quedó ciego, y cayó en una profunda depresión. Hasta que hizo un click y quiso salir adelante para ser un buen ejemplo para Toto. A pesar de la falta de visión, los problemas auditivos y de equilibrio, Martín, que nunca había hecho demasiado deporte, se convirtió en un atleta de elite. Corre, nada, hace ciclismo, fue parte de la Selección Nacional de Remo. Este año iba a convertirse en el único deportista en el mundo que, con su discapacidad, hubiera completado un Ironman en cada uno de los cinco continentes. El sueño no se truncó, sólo quedó postergado para cuando pase la pandemia, porque Martin demuestra con cada cosa que hace, que no hay imposibles. El deporte fue un puente para superar los obstáculos que aparecieron en su vida, y para superar sus propios límites. Hoy, once años después, pasó las 300 competencias en Argentina y en el mundo, se convirtió en speaker y dictó cerca de 200 conferencias y su mensaje sigue intacto: 'lo peor que podemos hacer, es no intentarlo'.
Martin Kremenchuzky (@martinkremenchuzky) es Ingeniero en Sistemas y atleta. Nació con Síndrome de Usher, una enfermedad genética que produce hipoacusia y pérdida gradual de la visión. A los 34 años y justo después del nacimiento de su hijo Toto, quedó ciego, y cayó en una profunda depresión. Hasta que hizo un click y quiso salir adelante para ser un buen ejemplo para Toto. A pesar de la falta de visión, los problemas auditivos y de equilibrio, Martín, que nunca había hecho demasiado deporte, se convirtió en un atleta de elite. Corre, nada, hace ciclismo, fue parte de la Selección Nacional de Remo. Este año iba a convertirse en el único deportista en el mundo que, con su discapacidad, hubiera completado un Ironman en cada uno de los cinco continentes. El sueño no se truncó, sólo quedó postergado para cuando pase la pandemia, porque Martin demuestra con cada cosa que hace, que no hay imposibles. El deporte fue un puente para superar los obstáculos que aparecieron en su vida, y para superar sus propios límites. Hoy, once años después, pasó las 300 competencias en Argentina y en el mundo, se convirtió en speaker y dictó cerca de 200 conferencias y su mensaje sigue intacto: 'lo peor que podemos hacer, es no intentarlo'.
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