Yo no crecí dentro de una religión, no conocí a Dios en una iglesia, ni en un grupo de estudio bíblico. Lo conocí después de varias caídas, después de tenerlo todo y perder el sentido en los negocios, incluso después de pasar por Alcohólicos Anónimos.

Comencé leyendo libros de autoayuda y con el tiempo me llevaron a un amigo. Ese amigo me regaló una Biblia. Y eso bastó para iniciar el encuentro más profundo y transformador de mi vida. 

Hoy sigo creciendo, sigo leyendo, explorando nuevas traducciones, entendiendo más… Pero no lo hago por tradición. Lo hago por convicción. Y si algo te puedo recomendar si es que quieres conocer a Dios, es que no lo busques en la religión, buscalo desde tu corazón.

Dios está vivo y responde al que lo llama, aunque primero tenga que quebrarte. “Ustedes me buscarán y me encontrarán, porque me buscarán con todo el corazón” – Jeremías 29:13 🌐

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