#EnClaveDeFe 📻🎶⛪ En este XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario la liturgia nos enseña que los dones divinos de la salvación no pueden quedar inertes en nuestros corazones. Ellos son, al mismo tiempo, inmerecidos y preciosos. Debemos hacer fructificar la gracia en nuestras vidas, debemos hacer crecer nuestros talentos. Es una tarea esencial. Ser un siervo bueno y fiel no es ser rico de palabras, de palabras buenas lanzadas al viento, o de intenciones estériles. Se hace necesario enriquecerse con las obras, con el cumplimiento de los deberes hacia Dios y al prójimo. Tener la gracia sin hacerla crecer, es prácticamente no tenerla y al poco tiempo se pierde. El Señor nos quiere responsable de los dones que nos da.