#EnClaveDeFe 📻🎶⛪ En este II Domingo de Adviento, la liturgia nos trae este pedido de parte de Dios: “consuelen a mi pueblo”. El Señor ya viene para salvarnos. El mundo nuevo ya se está forjando, pero requiere una lenta maduración. Lo importante es no perder la esperanza, no dejar de purificarse continuamente. Se trata de una paciencia activa: esperar al Señor renovando el corazón cada día. Para el mundo de hoy es algo típico construir carreteras y autopistas para hacer las comunicaciones y el intercambio más fácil, rápido y seguro, pero ¿Qué esfuerzos hemos hecho nosotros para construir caminos que lleven a Dios y a los hermanos? Se supone que, como cristianos, somos pueblo peregrino, un pueblo constante en marcha hacia Dios y hacia los hermanos.