Te diría que no me mires, que me sigas con disimulo, pero, para qué nos vamos a engañar, ellos ya saben que estamos aquí.
Cámaras, GPS, 4G, Pagos con tarjeta o incluso Wifi público.
En cualquier momento saben donde estás, para qué estás y cómo has llegado.
Ven, acompáñame.
Vivimos en la era más pacífica sí, pero la seguridad tiene un precio, y ese precio, tiene un nombre. Un nombre que se ha manchado y cuya definición se nos hace hoy diferente a la época de la concepción del término: Libertad.
Veamos. *Sonido teléfono* Pablo pásate ya.