El camino de discipulado enseñado por Jesús siempre es vivido en comunidad. La familia espiritual es fundamental para que el proceso de discipulado sea eficaz. El cristiano que verdaderamente ama a Dios (Relación vertical) traduce eso radicalmente en sus relaciones personales (Relación horizontal). El Rey espera que creemos relaciones auténticas, según la nueva naturaleza divina que Él ofrece al verdadero discípulo.