Piensas que todos estamos aquí y que tenemos tiempo de sobra para hacer todo, para hacer todo lo que no hiciste ayer y para hacer lo que no has hecho hoy. Te pasas la vida postergando sin necesidad, sin justificación, solo porque no tienes ganas, no tienes compromiso contigo, ni con tu palabra. Crees que vas a tener todo el tiempo del mundo para decir ese “lo siento”.