En esta parábola el Señor Jesús nos enseña que (El) un hombre sembró trigo (los hijos del reino) y el enemigo (Satanas) sembró hierba / cizaña en el mismo lugar (personas del maligno). En la cosecha (el fin del tiempo) la cizaña será echada al fuego y el trigo llevado al granero del Padre. 

como hijos del reino debemos persistir en producir fruto, ser fieles representantes del reino de Dios y esperar con gusto la cosecha en la que Jesus nos asegura seremos llevados al Reino celestial para brillar para siempre.