El Mundial organizado por Italia en 1990 fue un parteaguas para la evolución del futbol dentro del terreno de juego. Al inicio de esa década, Diego Armando Maradona también se enfrentó a situaciones que modificaron el rumbo de su carrera profesional. Después de ganar campeonatos y llenar de orgullo la ciudad de Nápoles, Maradona eliminó en la semifinal de la Copa del Mundo a Italia en el mismo escenario que lo veneró durante años como un Dios, el Estadio San Paolo, y fue después de ese partido que el argentino firmó su sentencia con la afición italiana, que con la desilusión, comenzó a transformar la figura del ídolo, en demonio.
Agradecemos la participación en este capítulo de las y los periodistas Luciana Wainer, Roberto Gómez Junco y Hugo Salcedo.