Imagina despertar cada mañana con una mentalidad inquebrantable, una fuerza interior que te impulsa a conquistar cualquier obstáculo, sin importar lo desafiante que sea el día. Lo que te dices a ti mismo determina la dirección de tu vida. Los estoicos lo sabían bien, el pensamiento moldea la realidad, y tú, con las palabras adecuadas, puedes entrenar tu mente para ser imparable.