¡Muy buenos días a todos!
Durante el día de hoy vengo a hablaros de los ETFs. Antes de empezar el podcast de los ETFs, quiero empezar como siempre, definiendolos.
¿Qué es un ETF?
Pues un ETF proviene de las siglas Exchange-Traded Fund y significa lo mismo que decir Fondo de inversión cotizado. Es un fondo de inversión que invierte en activos e instrumentos financieros. Es decir, se trata de un producto financiero que está llevado por una Sociedad Gestora (unos gestores de capital) y que el capital que hay en el ETF es de los partícipes, es decir, de los inversores. Cada participe recibe, en parte proporcional, los beneficios y las pérdidas asociados a este ETF.
De todas maneras, como os podéis imaginar, esto no es el 100% de la ecuación. Es decir, un ETF al final es un producto financiero y como tal, se necesitan 3 actores:
– El cliente, que es quien pone el dinero en el producto financiero
– El gestor, que es quien gestiona el dinero de este cliente en todo momento intentando que siempre tenga beneficio y que por ello, cobra un porcentaje de comisión
– La entidad depositaria del dinero, la cual custodia el dinero en todo momento del partícipe, haciendo así una garantía para el cliente de que el dinero no será almacenado por nadie más que esta entidad depositaria. Al final, lo que puede llegar a hacer el gestor es simplemente de gestor. Es decir, que únicamente puede manjar el dinero, pero en ningún caso puede sacarlo de la depositaría. Protegiendo al máximo, el cliente.
Las ventajas que tiene un fondo cotizado (o ETF) de los fondos tradicionales son varios y es por eso que la gente se está tirando a usar este tipo de inversión. Pero sobretodo, me gustaría rescatar un podcast de hace un tiempo, ya que cuando expliqué los fondos de gestión pasiva (link aquí), expliqué una cosa que los ETFs hacen exactamente igual. Me explico:
dentro de la clasificación de un fondo de inversión, los ETFs son exclusivamente fondos indexados. Es decir, fondos que lo que hacen es replicar la composición y el comportamiento del índice de referencia. Este índice de referencia puede ser:
– índice de renta fija
– de renta variable
– de materias primas
– de divisas
El ejemplo más claro y que siempre pongo es cuando un fondo índice replica el índice bursátil IBEX 35, el cual tendrá como política de inversión obtener una rentabilidad lo más parecida posible a la de ese índice.
Esto lo que hará es que el profesional o Sociedad Gestora que se encargue de materializar las entradas de efectivo en la compra de diferentes activos como acciones, bonos, derivados, etc., siguiendo siempre la misma política inversora del fondo descrita en el folleto. Que en este caso, es la de replicar al indice español. ¿Con esto qué quiero decir? Pues que si al final del año, el IBEX35 quita a Telefónica del índice y pone a otra empresa, la sociedad gestora tiene que hacer lo mismo con el ETF y por tanto, con el dinero de los inversores.
¿Desde cuando existen?
Pues existen desde que Wells Fargo en el 1971 emitió el primer fondo indexado para profesionales, es decir, para instituciones. A partir de aquí, otras empresas le siguieron hasta que 5 años más tarde, la archiconocida Vanguard hizo lo mismo en el 76, pero para retails. Para que todo el mundo pudiera adquirir el producto financiero indexado.
En Abril del 2000 llega a Europa (fijaros que aquí en Europa tardamos casi 30 años para importar un producto financiero. Esto os puede hacer ver lo que somos de retrasados en cuanto a productos financieros con respecto a otros países o regiones). Se empieza a cotizar en Londres y en Alemania.
Pero si en Europa en general estamos atrasados, ¿qué creéis que pasó en España? Pues lo que digo siempre. Nos gusta comprobar qué hace el activo financiero y cerciorarnos varias veces antes de importarlo, no vaya a ser que después de 35 años probandolo en diferentes partes del mundo, a lo mejor no es un muy buen producto. Pues fue en el 2005 cuando se empezó a ver la manera de empezar con ello en España. Que es cuando se aprueba el reglamento para que los fondos de inversión puedan usarlo. Al final, como digo, nos gusta asegurarnos bien por no decir, que muy bien, que el producto de inversión que en otras partes del mundo funciona desde hace décadas, es un producto de confianza. Os podéis imaginar que hubo gente, que con la era de internet, ya hacia operaciones de ETFs con otras bolsas a nivel europeo, ya que con la ayuda de internet, la barrera que nos pone la ley española, nos la podemos saltar y podemos dejar de esperar tanto para poder usar un producto tan solicitado y tan normal para muchos países.
En este mismo aspecto quiero hacer una llamada crítica a aquellos organismos (que espero que se sientan identificados) en los cuales no tienen ni contemplado en su marco legal al 100% definido a los CFDs ni al mercado de divisas Forex. Si no que simple y llanamente se limitan a lo que hace 20 años se podía hacer y no a todos los productos financieros.
Y es que gracias a este tipo de instituciones, que ni tan solo se fijan en estos nuevos productos, ¿como no queremos extrañarnos cuando nos planteamos porqué no tenemos educación financiera? Yo creo que es normal, no? Si ni tan siquiera las personas que deberían entender como funcionan los activos financieros y que deberían estar al día, no lo están y nos lo demuestran esperando décadas para añadir estos productos de inversión que en otros países ya estaban funcionando desde hace tiempo. En fin señores, esto es lo que hay. Estamos en un país donde se cree que la única inversión que se puede hacer son las acciones y gracias a esto, se incrementa el porcentaje de gente con mucho talento coge un avión de solo ida hacia fuera de España en busca de un trabajo financiero donde entiendan que estamos en una edad moderna y que tenemos que ir adaptandonos a los cambios y no quedarnos en el pasado.
¿Qué ventajas tiene un ETF respecto otros productos financieros?
Pues hay varios temas importantes a tener en cuenta. Y es que la mayoría de cosas que se pueden decir de un ETF son ventajas:
1 – Accesibilidad: Los fondos cotizados tienen participaciones con importes mínimos, garantizando que todo el mundo, grande o pequeño pueda acceder a este producto financiero.
2 – Diversificación: Como he dicho, una particularidad de los ETF es que tienen como objetivo replicar el comportamiento de un determinado índice de referencia, ya sea de renta variable, de renta fija, o de materias primas, por ejemplo, es precisamente su naturaleza de producto referenciado a una cesta o grupo de activos lo que permite invertir diversificando, evitando el riesgo global de la inversión. Lo que permite es que entrando en un ETF, puedas diversificar de por sí, ya que el propio producto ya diversifica.
3 – Liquidez: Como estamos comprando indirectamente parte de una acción de varias empresas (en el caso del IBEX35, estaremos comprando una pequeña parte de 35 empresas) y por tanto, estaremos cotizando de forma indirecta, como digo. Pues por tanto, como os podéis imaginar, tenemos una liquidez brutal. Sigue el mismo patrón de acciones en bolsa. Si tu compras o vendes en medio del horario del mercado, lo puedes hacer perfectamente sin problema.
4 – Inmediatez y transparencia: Durante el horario de negociación, la Bolsa calcula y difunde un valor real y calculado de la inversión aproximada que tiene el ETF. Esto permite a cada cliente, a cada participe, ver como cómo evoluciona su inversión en todo momento. Indiferentemente de lo que haga el gestor, el cliente lo puede ver.
5 – Dividendos: Este debe ser el punto más clave de todos. Y es que mientras otros productos financieros no lo permitían hacer, los ETFs permiten tener dividendos. Si, si, dividendos como en acciones. Lo que nos permite este producto financiero es que podamos obtener, en el caso que tengamos fondos de renta variable, una partida de dividendos repartidos a proporción específica en el documento de la gestora (el DFI o Documento con los Datos Fundamentales para el Inversor, que ya os hablé en su día).
¿Cómo compro un ETF?
Pues muy fácil. Tenemos que encontrar la manera de contratar un fondo de inversión cotizado y esto normalmente puedes hacerlo desde una entidad financiera como un banco, una caja o en empresas que manejan capital que permiten la entrada de inversión al pormenor. Al final no dejas de ir a un intermediario financiero o broker que te permite la operación.
¿Cuesta mucho comprar uno?
Depende, como siempre. Hay que pagar el canon mínimo de liquidación, que por ejemplo es de 0.10€, mientras que hay un canon de contratación que es fijo y variable, es decir, que hay la parte fija que te cobran por ejemplo 2.5€ y un 0.024% del valor que se compre y por último, hay los gastos de intermediación que son los más altos, que son de 8€. Estos valores son ejemplos teniendo en cuenta si quiero invertir 3.000€ en ETFs.
Bueno, pues hasta aquí el primer podcast de Abril. Espero que tengáis una gran semana, que si os ha quedado alguna duda la podáis enviar al formulario de contacto de la web y que podáis suscribiros al canal y me regaléis un me gusta en iVoox y 5 estrellas en iTunes.
¡Muchas gracias a todos!
¡Hasta el miércoles!
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