Todo buen deseo viene del corazón de Dios, por consecuente nos ayuda a llevarlos a cabo, es decir nos instruye, nos capacita, nos enseña, nos edifica, nos prepara el camino para poder realizar su deseo y voluntad, al nosotros hacer su voluntad lo que pone en nuestro corazón nos llena, nos hace felices, nos perfecciona y nos amoldamos hacer más como El.