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Hola amigos y amigas.
Bienvenidos una semana más a Hazte un membership site, el podcast donde cada semana repasamos todos los conceptos necesarios para que también vosotros os podáis montar un membership site.
Esta semana vamos a regresar a nuestra infancia y recordaremos una enseñanza que a todos nos han inculcado a través de fábulas. Ya sabéis que todas las fábulas tienen una moraleja y la que hoy veremos contiene no uno, sino dos consejos fundamentales para el éxito de nuestros proyectos.
Pero antes os recuerdo que en robertogarcia.es estoy montando una academia de formación online donde aprenderéis a montar vuestro propio membership site. Todo ello con tutoriales en vídeo guiados paso a paso para que podáis seguirlos sin problema y con todas las herramientas premium que se utilizan en los cursos descargables de forma gratuita.
Y si estáis montando vuestro propio membership site y queréis que os ayude me podéis enviar vuestras dudas a través de mi formulario de contacto.
Y ahora sí, vamos con el contenido del episodio de hoy.
Imagino que todos sabréis lo que son las fábulas: esas historias cortas que nos contaban de pequeños y que siempre terminaban con una moraleja que contenía una enseñanza.
En este caso voy a contaros de nuevo la fábula de la cigarra y la hormiga, una historia atribuida a Esopo, un fabulista de la antigua Grecia que vivió entre el año 600 a. C. y el 564 a. C. Ya veis que esta historia lleva muchísimos años pasando de generación en generación y cuyas enseñanzas son aplicables aún hoy día.
Vamos con la historia.
La cigarra era feliz disfrutando del verano: El sol brillaba, las flores desprendían su aroma…y la cigarra cantaba y cantaba. Mientras tanto su amiga y vecina, una pequeña hormiga, pasaba el día entero trabajando, recogiendo alimentos.
– ¡Amiga hormiga! ¿No te cansas de tanto trabajar? Descansa un rato conmigo mientras canto algo para ti. – Le decía la cigarra a la hormiga.
– Mejor harías en recoger provisiones para el invierno y dejarte de tanta holgazanería – le respondía la hormiga, mientras transportaba el grano, atareada.
La cigarra se reía y seguía cantando sin hacer caso a su amiga.
Hasta que un día, al despertarse, sintió el frío intenso del invierno. Los árboles se habían quedado sin hojas y del cielo caían copos de nieve, mientras la cigarra vagaba por campo, helada y hambrienta. Vio a lo lejos la casa de su vecina la hormiga, y se acercó a pedirle ayuda.
– Amiga hormiga, tengo frío y hambre, ¿no me darías algo de comer? Tú tienes mucha comida y una casa caliente, mientras que yo no tengo nada.
La hormiga entreabrió la puerta de su casa y le dijo a la cigarra.
– Dime amiga cigarra, ¿qué hacías tú mientras yo madrugaba para trabajar? ¿Qué hacías mientras yo cargaba con granos de trigo de acá para allá?
– Cantaba y cantaba bajo el sol- contestó la cigarra.
– ¿Eso hacías? Pues si cantabas en el verano, ahora baila durante el invierno-
Y le cerró la puerta, dejando fuera a la cigarra, que había aprendido la lección.
Moraleja: Quien quiere pasar bien el invierno, mientras es joven debe aprovechar el tiempo.
Esta historia de la cigarra y la hormiga tiene no una, sino dos enseñanzas fundamentales que nos viene muy bien aplicar a nuestros negocios: esfuerzo y planificación.
El esfuerzo en la creación de cualquier negocio y en su posterior crecimiento es un aspecto del proyecto que cualquiera de vosotros ya tiene más que interiorizado. Sin esfuerzo no hay éxito. Pero el esfuerzo por sí solo no sirve de nada.
La segunda de las enseñanzas de la fábula es la planificación.
La hormiga sabía que dentro de unos meses llegaría el invierno
Hola amigos y amigas.
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Esta semana vamos a regresar a nuestra infancia y recordaremos una enseñanza que a todos nos han inculcado a través de fábulas. Ya sabéis que todas las fábulas tienen una moraleja y la que hoy veremos contiene no uno, sino dos consejos fundamentales para el éxito de nuestros proyectos.
Pero antes os recuerdo que en robertogarcia.es estoy montando una academia de formación online donde aprenderéis a montar vuestro propio membership site. Todo ello con tutoriales en vídeo guiados paso a paso para que podáis seguirlos sin problema y con todas las herramientas premium que se utilizan en los cursos descargables de forma gratuita.
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Y ahora sí, vamos con el contenido del episodio de hoy.
Imagino que todos sabréis lo que son las fábulas: esas historias cortas que nos contaban de pequeños y que siempre terminaban con una moraleja que contenía una enseñanza.
En este caso voy a contaros de nuevo la fábula de la cigarra y la hormiga, una historia atribuida a Esopo, un fabulista de la antigua Grecia que vivió entre el año 600 a. C. y el 564 a. C. Ya veis que esta historia lleva muchísimos años pasando de generación en generación y cuyas enseñanzas son aplicables aún hoy día.
Vamos con la historia.
La cigarra era feliz disfrutando del verano: El sol brillaba, las flores desprendían su aroma…y la cigarra cantaba y cantaba. Mientras tanto su amiga y vecina, una pequeña hormiga, pasaba el día entero trabajando, recogiendo alimentos.
– ¡Amiga hormiga! ¿No te cansas de tanto trabajar? Descansa un rato conmigo mientras canto algo para ti. – Le decía la cigarra a la hormiga.
– Mejor harías en recoger provisiones para el invierno y dejarte de tanta holgazanería – le respondía la hormiga, mientras transportaba el grano, atareada.
La cigarra se reía y seguía cantando sin hacer caso a su amiga.
Hasta que un día, al despertarse, sintió el frío intenso del invierno. Los árboles se habían quedado sin hojas y del cielo caían copos de nieve, mientras la cigarra vagaba por campo, helada y hambrienta. Vio a lo lejos la casa de su vecina la hormiga, y se acercó a pedirle ayuda.
– Amiga hormiga, tengo frío y hambre, ¿no me darías algo de comer? Tú tienes mucha comida y una casa caliente, mientras que yo no tengo nada.
La hormiga entreabrió la puerta de su casa y le dijo a la cigarra.
– Dime amiga cigarra, ¿qué hacías tú mientras yo madrugaba para trabajar? ¿Qué hacías mientras yo cargaba con granos de trigo de acá para allá?
– Cantaba y cantaba bajo el sol- contestó la cigarra.
– ¿Eso hacías? Pues si cantabas en el verano, ahora baila durante el invierno-
Y le cerró la puerta, dejando fuera a la cigarra, que había aprendido la lección.
Moraleja: Quien quiere pasar bien el invierno, mientras es joven debe aprovechar el tiempo.
Esta historia de la cigarra y la hormiga tiene no una, sino dos enseñanzas fundamentales que nos viene muy bien aplicar a nuestros negocios: esfuerzo y planificación.
El esfuerzo en la creación de cualquier negocio y en su posterior crecimiento es un aspecto del proyecto que cualquiera de vosotros ya tiene más que interiorizado. Sin esfuerzo no hay éxito. Pero el esfuerzo por sí solo no sirve de nada.
La segunda de las enseñanzas de la fábula es la planificación.
La hormiga sabía que dentro de unos meses llegaría el invierno