En los canales de Xochimilco y en todo su creepy esplendor se alza La Isla de las Muñecas.
Una isla habitada por, bueno, por muñecas de todos los tamaños, colores, edades, alturas, marcas, ropajes...
Una isla llena de encanto, si lo queréis llamar así, con un oscuro pasado y una extraña tradición.