Una vez entrando en lo que parece ser la fase final de la pandemia es relevante analizar la experiencia de las clases virtuales. ¿Son mejores las clases virtuales que las clases presenciales? ¿Volveremos a una aula de clase a ver a un profesor dictar desde lejos o estaremos frente a las pantallas? ¿Cuáles son las ventajas de cada una de estas maneras de recibir la información? ¿Cómo afecta la virtualidad los procesos de language coaching?