(Mateo 6:1-8; 16-18) Muchas veces las cosas que hacemos, las hacemos principalmente por ser reconocido por los demás. Y siempre que nos pasa en vez de disfrutar de los beneficios de lo que hacemos, terminamos sintiéndonos vacíos. La razón es porque no siempre somos reconocidos como queremos o no es suficiente para ayudarnos a sentirnos mejor. Inclusive en nuestra relación con Dios nos pasa. Pero hay una mejor manera. Escucha este mensaje en donde hablaremos de la solución a vivir una vida adicta al aplauso.