📖1 Pedro 2:9-15 RVA2015:
Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido, para que anuncien las virtudes de aquel que los ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Ustedes en el tiempo pasado no eran pueblo pero ahora son pueblo de Dios; no habían alcanzado misericordia pero ahora han alcanzado misericordia. Amados, yo los exhorto como a peregrinos y expatriados, que se abstengan de las pasiones carnales que combaten contra la vida. Tengan una conducta ejemplar entre los gentiles, para que en lo que ellos los calumnian como a malhechores, al ver las buenas obras de ustedes, glorifiquen a Dios en el día de la visitación. Estén sujetos a toda institución humana por causa del Señor; ya sea al rey como quien ejerce soberanía, o a los gobernantes como quienes han sido enviados por él para el castigo de los que hacen el mal y para la alabanza de los que hacen el bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo el bien hagan callar la ignorancia de los hombres insensatos.
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Como ya saben, el apóstol Pedro se dirige a la comunidad cristiana que estaba sufriendo persecución por causa de su fe. El apóstol no solamente los anima para que afirmen su fe en medio de las pruebas como lo notamos ayer, también él les recuerda que realmente no pertenecemos a este mundo, sino que pertenecemos al Reino de los cielos, y nuestro Rey es Jesucristo.
Si puedes recordar que en el primer capítulo, en la introducción, el apóstol Pedro se refiere a los que están en la región de Babilonia. Babilonia era lo que ellos llamaban al imperio romano por toda la maldad y la vida promiscua de los habitantes que estaban bajo ese imperio romano.
Por eso debemos tener una "actitud de extranjero", sabiendo que estamos de paso por aquí en la tierra; que este lugar no nos pertenece sino que estamos de visita. El extranjero sabe que habla un idioma diferente y que tiene diferentes costumbres al país en donde está visitando. De la misma forma, los que hemos conocido a Jesucristo, sabemos que nos regimos bajo las leyes y mandamientos del Señor. Hablamos diferente, nos comportamos diferente, reaccionamos diferente y vivimos nuestras vidas sabiendo que debemos rendirle cuentas al Señor por todo lo que hagamos. Es por eso que vivimos de forma sobria, justa y piadosa, y no bajo el desenfreno que hoy en día vemos en nuestras sociedades y culturas.
Algunos cristianos piensan que es muy difícil mantenerse firme en medio de la vida de pecado y maldad, pero una de las formas que te ayudará a mantenerte firme es recordar continuamente tu identidad como cristiano y los beneficios y privilegios que tienes por ser ciudadano del Reino de los cielos.
Por eso te invito para que leas todo el capítulo completo, y es importante que te aprendas de memoria el verso 9, que nos describe cada uno de los títulos y funciones de honra que tenemos en el Reino de Dios.
¡Somos hijos del gran Rey, somos sacerdotes, somos parte de la familia elegida por Dios y somos miembros de la nación santa celestial! ¡Somos, nada más y nada menos que, embajadores y mensajeros del mensaje más poderoso en el mundo porque es la puerta a la salvación y vida eterna!
Espero que tú y yo, junto con nuestras familias, sigamos de paso por esta tierra, sabiendo que nuestra estadía en esta tierra es temporal y que ¡nuestro destino es la patria celestial!
Soy tu amigo y hermano Eduardo Rodríguez. Que el Señor escuche tu oración.
😇
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