En cerámica, el agua de proceso desempeña un papel importante en muchas fases del proceso de producción, como en la línea de esmaltado o al moler esmaltes y granillas.
Así como son necesarias para la correcta realización de determinadas etapas de producción, también pueden ser responsables de problemas que se desarrollan durante el proceso y/o de anomalías estéticas del material cerámico.
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