Vivimos de los momentos de alegrías. Son a menudo el balón de oxígeno que necesitamos en un mundo que es asfixiante y muy exigente. Esas pequeñas, o grandes ocasiones, en las que parece que la vida nos sonríe.
Vivimos de los momentos de alegrías. Son a menudo el balón de oxígeno que necesitamos en un mundo que es asfixiante y muy exigente. Esas pequeñas, o grandes ocasiones, en las que parece que la vida nos sonríe.