En Genesis 18 Abraham tiene una experiencia sin igual. Jehova se sienta a la mesa con él y tiene el mejor almuerzo de su vida. Almorzar con Dios es lo más interesante que nos puede pasar. En ese momento le ofrecemos lo que tenemos, el nos hace promesas inimaginables. Y son de esos almuerzos en los cuales ganamos amigos. ¡El quiere almorzar contigo!