Jesús nos pide que amemos a nuestros enemigos. Pero... ¿Cómo se hace? No hay que confundir el perdón con justificación, olvido o recomposición de la relación en los términos anteriores.
Amar y sobre todo perdonar a los enemigos es buscar su bien. En este sentido el amor es una decisión que debería ir más allá de los sentimientos.