Hablar y prometer... ¿pero cumplir?
La administración obradorista tiene una respuesta anticipada y desgastada: siempre es culpa de los opositores.
Prometer acabar con la corrupción es el sello de la casa, pero la falta de transparencia y de resultados es notoria al ser enfrentada con la verdad.
La editorial de Ramiro Escoto, para GDLPost
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