Poco después que Domingo Cavallo mandase a los científicos a lavar los platos, Andrea Bragas se fue a EE UU, obtuvo el postdoctorado en la Universidad de Michigan y allí, en el departamento de Física, se desempeñó hasta 2003. El programa Raíces, del Gobierno Nacional, la sedujo para regresar y aportar su sabiduría en la UBA y en el Conicet. En particular, desarrolla herramientas ópticas novedosas que permitan el estudio de la luz y su utilización en una medida ultra pequeña como la nano óptica. Andrea fue una de las primeras científicas que volvió. Y hace honor a la aplicación de conocimientos en su país.