Su melena leonina le ha acompañado toda la vida. Un despliegue capilar que de niño le hizo convertirse en el mejor imitador de Eugenio de su colegio. También le dió por marcarse un Camarón. Pasado el tiempo, se dejó llevar por grandes como Battiato. Ahora nos ofrece un viaje de las playas del Sardinero a Madrid.