Ahora se nos muestra a la orgullosa ciudad, la gran Babilonia, como una reina, sin sentirse amenazada, con gran poder, pero que su destrucción sera repentina y inmediata. La que representa el poder económico del mundo del anticristo, se vuelve en representante de todos los poderes económicos del mundo, poderes que no toman en cuenta a Dios, donde el espíritu del hombre no tiene ningún valor, sino solo un valor de intercambio comercial. Pero es tan hermoso ver que nuestro Dios si tiene el poderoso interés por el espíritu humano, que hasta entrego su vida para salvarnos.