Pero ... ¿ya no somos pequeños? ... Da igual, el sentimiento producido por el miedo nos deja tan indefensos, como unos niños. Ya no tenemos a quién recurrir; hemos con nuestra credulidad cerrado los brazos de mamá para nuestro consuelo.
Pero ... ¿ya no somos pequeños? ... Da igual, el sentimiento producido por el miedo nos deja tan indefensos, como unos niños. Ya no tenemos a quién recurrir; hemos con nuestra credulidad cerrado los brazos de mamá para nuestro consuelo.