Con tantas energías discordantes en el medio, a veces uno puede quedar atrapado en algunas de ellas y dejarse llevar hasta tener terribles resultados. Al final es un lamento y crujir de dientes por lo ocurrido. Este discurso del MaháChohán es una propuesta para no ser más vícitma de la discordia y poder autocontrolarse ante cualquier circunstancia.