Se trata de una simulación del cerebro del ratón que lograron científicos del Allen Institute de Seattle gracias a la colaboración del supercomputador japonés Fukagu. Según los expertos, puede ayudar a encontrar respuestas a los trastornos cerebrales, como el Alzheimer, revelando cómo comienzan los problemas antes de que aparezcan los síntomas. Asimismo, permitiría probar nuevos tratamientos o terapias de forma segura, en un entorno digital.