Con una determinación inquebrantable y una sed de prosperidad, Dwight abandonó su Venezuela natal en busca de un futuro más prometedor. Sin temor a los desconocidos, se lanzó a una aventura en los Estados Unidos, donde se enfrentó a desafíos linguísticos, culturales y emocionales. Sin embargo, su espíritu indomable y su fe en su misión lo llevaron a superar cada obstáculo.

Desde su arrival en 2016, Dwight ha trabajado incansablemente para ayudar a más de 16 mil familias latinas a establecerse legalmente en los Estados Unidos. Su dedicación y compromiso con su comunidad son un testimonio de su amor y responsabilidad hacia sus hermanos y hermanas latinos.

Con una sonrisa y un abrazo, Dwight ha sido un faro de esperanza para aquellos que buscan una nueva oportunidad. Su historia es un recordatorio de que, con fe y perseverancia, podemos superar cualquier barrera y alcanzar nuestros sueños.